julio 15, 2008

Capítulo 5: por fin mojo (rompiendo la pana)


Jajaja

Que os lo habéis creído, eh??? Pero qué voy a mojar, hombre!!!

Para nada, pueblo mío, aquí no se pilla cacho ni de casualidad…

Bueno, sé que me echabais de menos, gentucilla mía, porque me llegan vuestras súplicas… así que dejad de hacer de spider-man, y bajad de la pared, que los nervios, la incertidumbre, las ansias… llegan a su fin, porque aquí llega… el capítulo 5!!!!

Capítulo 5: rompiendo la pana…

Son varias las diferencias entre estar aquí un mes y medio trabajando, o venir a China de vacaciones. Una es que tengo el privilegio de convivir con gente de aquí, y hacer “vida real” con gente autóctona. Otra es que no visito únicamente los sitios turísticos, si no pueblos, o zonas, que se alejan más allá de las clásicas Pekín o Shanghai. Una más es que, debido al prolongado tiempo que estoy permaneciendo aquí, me veo, digámoslo, “forzado”, a llevar a cabo actividades que, de venir únicamente de vacaciones, no me vería obligado a hacer. Un ejemplo: cortarme el pelo. Cuando marchamos de vacaciones, hay ciertos deberes que nos llevamos hechos, como cortarnos el pelo. Como mi ritmo de citas en la peluquería es de una vez cada mes, sabía ya de antemano que me tocaría ir a “repasarme”, como mínimo en una ocasión. Y esto sucedió hace dos semanas.
En capítulos anteriores os había ido contando ya cómo la gente me mira, y se sorprende al verme. En ocasiones, según el estado de ánimo, eso puede resultar divertido, incómodo, simpático, o incluso, pasar de un estado a otro en un mismo trayecto. Cuando inicio un paseo, ya sea del trabajo al hotel, o a comprar… siempre salgo con buen humor (como me caracteriza, que vosotros bien sabéis). Si la gente me mira de forma disimulada, ni presto atención. Si me miran descaradamente pero sonríen, les sonrío y me lo tomo con buen humor. Pero si me miran, se giran, se vuelven a dar la vuelta a mirarme, le dan un codazo al que les acompaña, se giran los dos, vuelven a darse la vuelta, te vuelven a mirar, etc, entonces llega el momento en que, con mucho cuidado, con la mejor de tus sonrisas, sin intención alguna de ofenderles, le sueltas en un estupendo español… “¿y tú por qué no miras a tu puta madre, gilipollas?” Ese es mi Raulito… carácter latino.

Hace dos semanas pedí a una compañera que me recomendara una buena peluquería (los que tenemos poco pelo, lo apreciamos mucho, así que no me la quería jugar) y, a poder ser, me acompañara para que me tradujera, porque a ver cómo le cuento a un Chino que lo quiero más corto de atrás, menos de arriba, que me haga el cuello, que no me toque el ancho de las patillas… Y así fue, una chica accedió a ir conmigo. Al acercarnos a la peluquería, mi sentido arácnido empezó a advertirme que me acercaba a un gran peligro (para los que no estén familiarizados con spiderman, no habrán pillado mi mega-coña). “Rose, estás segura que aquí hay una peluquería decente? Tía, que no quiero un cutre-barbero!” Sin embargo, al llegar a la peluquería, me relajé, y comprendí que mi querida Rose había captado mi mensaje de “como me lleves a un sitio cutre y me desgracien, te parto tos los dientes que tienes”. La peluquería era muy bonita (en escala china), con dos plantas; en la inferior daban masajes (nada que ver con mi “xoxito’s palace”) y en la planta superior peluquería. No hará falta que os cuente, que a medida que iba pasando hacia las escaleras, la gente se giraba, o se levantaba para verme. Me estoy planteando en serio dejar de ir en pelotas, creo que es eso lo que les sorprende.


Llegamos a la planta de arriba. Ahí está una familia entera tomando té en una mesita… Se quedan todos mirándome, como sin saber qué hacer. Todos mirándome con cara de recelo… Creo que en ese momento grito “Policia! Quietos tos paraos, que no se mueva nadie!” y se tiran por la ventana. Pero como mi sentido arácnido no se había disparado, pese a ver alijos de droga, putas, yonkis, alcohol, etc, no percibí peligro alguno. En fin… que empiezan conmigo. Me lavan la cabeza, TUMBADO en una cama, nada de sentado… muy bien, pero mi sentido arácnido en esta ocasión sí que se disparó de forma alarmante al ver cómo se movían los chicos que ahí trabajaban… sospechoso. Tan sospechoso como la delicadeza de sus manos al lavarme el pelo. A ver, tampoco espero que me lo laven a escupitajos, pero… notaba que los movimientos de las manos… como que usaban mucho el juego de muñeca… MENOS MAL que no oí ni un gemido… En fin, con la cabeza limpia, me van a cortar el pelo… todo bien, hasta que llega una niña de unos 15 años, que subió de la planta inferior DIRECTA A MÍ y se me plantó a un palmo de mi cara, a mirarme como si fuera un mono! Se me quedó mirando, súper seria, con una cara de china brutal, la colega, sin decir nada… y de repente, empezó un mega cuestionario sobre mí. Es una bobada, pero me chocó mucho cómo vino directa a mí, y se me puso delante a mirarme… En fin, que al final, mi sentido arácnido petó. Vamos, que aquello parecía un gallinero con tanta pluma… La leche… pero lo mejor: lavar el pelo, cortar (buen corte, la verdad) volver a lavar, con masajito incluido, TODO: 1,5 euros… adoro este país.

Ese mismo fin de semana, me fui a dar una vuelta por la isla. Hacía buen tiempo, así que me puse a visitar un templo que hay aquí, muy bonito.
Fotos…
El leoncito está contento… jejejeje (miradle la “pilila”)

Mucho skin head. Fue lo único que me puso de los nervios. Pero estos se llevaron un par de hostias cada uno (placa-placa), y no pusieron resistencia… Y la gente, en vez de aplaudirme, se enfadó conmigo. No hay quien les entienda.

Todos ahí, con sus barritas de incienso, a rezar… pero no rezar por salud, trabajo… qué va!!! Aquí rezan solo para que les den pasta… estos de comunistas poco…

Pues nada, recé mucho por todos vosotros y me fui a ver el jardín botánico.

Jardín botánico: es lo único caro que he visto por aquí, porque la entrada me costó la friolera de 4 eurazos!!!! Quilloputas los chinos, pa 4 árboles que plantan, me soplan esa pasta… pero lo pagué, y mereció la pena.

Es muy bonito, todo bien identificado, con diferentes zonas: la zona de las palmeras, la zona de las plantas del desierto, la zona de los árboles chinos… pero no había zona de plantas de la risa… no lo entiendo.

Más fotitos?

Sí; pese a que he dicho antes que al principio hacía buen día, luego los dioses parece que se pasaron mis peticiones por la zona esa trasera que tenemos al acabar la espalda, porque me cayeron dos tormentones que flipé. Suerte que había muchos sitios donde refugiarse, y que me llevé el ipod y un libro…

Ah, lo que veis aquí son hojas de verdad, no es nada de plástico… son hojas reales.

Y entonces llega el gran momento… Cuando me dispongo a salir, veo un grupo de 3 chavalitas haciéndose fotos, y la que sostenía la cámara me mira, sonríe, y me pide si me puedo poner con ellas. Acostumbrado que está uno a que le pidan cosas así, accedo con mucho gusto y poso con la chica. Entonces le pido yo que me hagan una foto a mí con ella, con mi cámara. No por recuerdo… si no porque sé que sin pruebas no os lo creeríais, panda de incrédulos. Me hago la foto con la chica, y entonces, la que tenía la cámara me pide hacerse fotos conmigo… Ahí es cuando me mata… la niña, pequeñita pero morbosa (mamá, no leas esto, que entonces tus sospechas de que soy un depravado se confirmarán) pues se empieza a pegar a mí, a cogerme fuerte, a poner su carita sobre mi pecho… y a emitir gemiditos y suspiros (lo juro). Os paso la foto. Mi cara de imbécil es de espanto, así que la he retocado un poco.

Y lo mejor, es que cuando se despidió de mí, me dijo “You’re very beautiful!!!, I love you!!” varias veces y chillando (subtítulos para los que no sepan inglés: “menuda tranca debes de tener, machote… cómo me pones los pezoncillos…” Vale no, significa “eres muy guapo, te quiero!”)

Ahora sé que muchos empezarán con sus porno-fantasías que por qué no le tiré la caña, que si a esa me la podría haber beneficiado… A ver, compañeros, mis padres me han dado una educación cristiana basada en el celibato pre-matrimonial… Vale, no. Lo que pasa es que esto no es Cuba, ni Brasil. Aquí el tema del “serso” no está tan liberado como en Europa, u otros países, y una chica te puede pedir fotos, decir que eres guapo, bla, bla, bla… pero no querer nada más contigo. Son así, las muy peaso zorras…

Bueno, a mí me da igual, el ego me lo subió de todas formas.


Y de la semana pasada, creo que nada más interesante que contar.

NO!!! Fui, cómo no, a Xoxito’s Palace… pedí por mi muy querida 006… pero no estaba. Y me volvieron a dar a una prima suya. Yo empiezo a pensar que es un negocio familiar, porque tantas primas trabajando juntas…
¿Qué por qué digo que era su prima? Porque la colega se pasó TODA LA MALDITA HORA hablándome. En esta ocasión, haciendo muestra de mi superdotada inteligencia, me adelanté a los acontecimientos, y para evitar que me hablaran sin parar, me llevé unos altavoces que conecté al ipod y me puse musiquita. Pensé que sería una buena solución para hacerle entender a la xoxi de turno que no quiero conversación, que si me la quiere chupar, que adelante, pero conversación no (mami, dime que no has leído esto). Pues no lo pilló la desgraciá, porque toda la maldita hora hablando… Y encima le decía en chino que no la entendía, y se desesperaba. Al final pasé de responderle. La tía hablando, yo pasaba de ella, y el último minuto estuvo en silencio. Creo que lo acabó pillando. Ya te vale.


Lo que me gusta cada vez más es el Japonés que hay al lado de mi hotel. Solemos ir una vez por semana, los extranjeros que estamos aquí (los italianos y los españoles). Clavan, porque 10 euros en China por comer, es pasta, pero está… es que se me hace la boca agua solo de recordar el atún, el SALMÓN… con esa salsita de soja… mmmmm…
Pues la semana pasada fui con uno de los italianos que también está aquí (pero él vive en China). Este chico trabaja en una empresa de cascos, y es cliente mío y de la empresa donde estoy trabajando, y es un tío muy majo… y le tengo en un pedestal desde el día en que, tras comentarle de pasada que no encontraba chocolate aquí, y que me moría por una tableta de lindt… apareció dos días más tarde… con UNA TABLETA DE LINDT PARA MÍ!!!! Dios… qué majo… Lo administro bien, aún me queda chocolate, lo chupo por las noches, como si fuera un polo, y lo meto en la nevera… es broma (lo chupo por las mañanas, JA!).
Estuvimos charlando de muchas cosas, de la experiencia de venir a China, lo diferentes que somos occidentales y orientales, etc. y me lo pasé muy bien. Me encantó charlar con él ese día, y dos días más tarde cuando fuimos a cenar a Xiamen a un restaurante Cubano-Español (con auténticas tapas, burritos, tortilla de patatas… y tirao de precio). Pero mi suerte me acompaña, porque parece ser que trabajan dos rusas que (mamá, te llaman) que están mega buenas, pero cómo no, el día que fui yo, libraban. Perracas.

El jueves, antes de ir a cenar al cubano, volví a ver si me tocaba xoxito 006 de una vez, pero otra vez estaba ocupada. En esta ocasión me tocó una chica, 007, que no debe ser de la familia, porque me hizo un masaje espectacular, y entendió a la primera que no sé chino y que no quiero conversación!!!

Y este fin de semana he ido a visitar una isla que se llama Gulanyu, muy bonita, con playas y eso. Y en esas playas sí que puedes bañarte (bueno… más o menos). Lo curioso es que a los chinos no les gusta ponerse morenos, porque para ellos la belleza está en la blancura (a que parece que hable de un detergente?) y nunca verás a un chino tomando el sol. Ellos dicen que las mujeres chinas son feas (en muchos casos, les doy la razón) y que la piel amarilla no es bonita, no les gusta, por eso quieren ser lo más blanco posible. Así que las únicas personas que estaban tomando el sol ayer, que hacía un día precioso, eran extranjeros. Si veías una toalla en la arena, y una persona tumbada: guiri.

Y lo que no os vais a creer… otra vez se me acercaron unas chicas a pedirme que me hiciera fotos con ellas!!!! Si es que… estoy de bueno que flipas… jejeje


Os paso fotos de la excursión de ayer.
Y las niñas… con sus parasoles…


Y bueno… me dejo cosas, como cenitas que tengo con chavalitas, más proposiciones (de una tía más pesada que matar a un cerdo a besos), la salida a cenar con gente de la empresa y cantar en un Karaoke… y aquí los karaokes son profesionales: 3 plantas de karaoke, con supermercado dentro, y todo son privees, es decir, alquilas una sala, y vas con tus amigos, no te escucha nadie que se pueda reír de ti, y te lo pasas mejor.
Pero por hoy ya basta, que luego os malacostumbráis.

Que si os he mandado esto… es que os quiero.

Un beso!!!!



Ya me queda solo una semana para las vacaciones… jejejeje…

Ciao pescaos!!!

Capítulo 3 & 4: no me beses!!! & si vas por el bosque mirando al suelo, te comes la rama

Bueno, bueno… si es que… cómo sois… os ponéis de un tonto… Nada, que os doy un par de relatos de mis andanzas, y ya queréis más. En fin, que se os han adelantado las navidades, y aquí tenéis vuestro regalo: UNA DOBLE ENTREGA!!!


CAPÍTULO 3: no me beses!!!!

Acostumbrado a viajar únicamente por países europeos, o angloparlantes -donde puedes leer lo que ponen los carteles, y con alguna dificultad que otra, te puedes hacer entender- el mayor problema de esta aventura en China está siendo el idioma. Desisto. Es imposible entenderlos. Y eso que se esfuerzan, los campeones, porque aunque no tienes cara de chino, aunque no tienes cara de entenderles, aunque les estás haciendo que “no” con la mano, y diciéndoles “no entiendo” en chino (de lo poco que he aprendido)… ellos te siguen hablando y hablando… sin problema alguno. Pero es que encima se te quedan mirando como esperando respuesta. ¿PERO QUÉ QUIERES QUE TE RESPONDA, SI NO ME HE ENTERAO!!!? Pero son muy majos.
Ahora en serio, es un problema enorme. No entiendes nada de lo que te dicen, nada de lo que escriben… vas a un restaurante, y si no hay fotos, ya les puedes hacer una gallina, cacarear, poner un huevo y hacer mover las alas… que te traen pulpo.
Pese a todo, qué bonito es China.
Ahora es temporada de rebajas. Creía que era broma, porque ya más barato no puede ser esto, pero se ve que sí, que va en serio. Lo sé porque las calles están aún MÁS llenas de gente. Y lo mejor, ya exponen la mercancía por la calle, lo cual incluye, desde bragas, a ropa de deporte (auténticos jadidas, nique, risbuk, pulma…) hasta comida de todo tipo. Resultado: al final del día, NO SE PUEDE RESPIRAR (lo juro). Aquí es muy curioso porque eso de la comida en la calle es muy común, y por las mañanas venden desayunos (batidos y bizcochos, y otras cosas que no hay huevos a preguntar qué son) y luego por la noche ponen una especie de barbacoas ambulantes, sacan todo tipo de carnes, y te hacen pinchos. Tienen buena pinta, pero como solo he contado 4 perros desde que he llegado aquí, como que aún no me atrevo con esa carne. Yo de momento compro mi desayuno en mi tienda de cada mañana, que es una cadena de panaderías, bastante buena, y lo de cenar… al nivel máximo al que he bajado es ir a un KFC, a menos no llego todavía.

En fin, a lo que mola, que no me dejáis ir al grano. El viernes me viene un chaval que es el jefe del departamento comercial en la empresa china, y me pregunta si tengo planes para el sábado por la noche, porque hace una fiesta (ojo, quedaos con el dato, he dicho FIESTA POR LA NOCHE) porque se ha comprado un piso con su mujer, y lo quiere celebrar, etc. Como los demás invitados eran gente de la empresa (todo jefes, que el chaval es pelotilla “ande los haya”) y saben hablar inglés, pues le dije que sí, que claro que iba. Vamos, quería asegurarme que no me iba a encontrar en medio de 50 chinos hablándome todos en mandarín, y yo sin enterarme de nada durante 4 horas. Mis planes eran: el sábado por la mañana ir a trabajar, y por la tarde ir a Xiamen, que es aquella isla tipo mini-Hong Kong de la que ya os hablé y que está muy chula, porque tiene muuuuchos parques, muchas tiendas… vamos, que es algo ya más decente (y la gente NO TE MIRA!). Bueno, pues ahí va cuando lo flipo, que le pregunto “¿y a qué hora es la fiesta?”, claro, inocente de mí, pensando que sería hacia las 21:00 COMO PRONTO… y va el chaval y me dice “bueno, pues tarde, tarde… ven hacia las 18:30”. Los huevos al suelo… “pero la fiesta es por el piso, o es de cumpleaños de tu primito de 7 años?” Coño, dónde me vas montando una fiesta a las 18:30… En fin, que le dije que sí, claro, pero que igual (jejeje “igual”) llegaba un poco tarde.

Pues eso, el sábado a trabajar hasta las 13:00, y de ahí a Xiamen… a dar una vuelta. Es muy chulo, Xiamen. Unos parques muy bonitos. La gente eso sí, sea sábado, domingo… trabaja que alucinas.

Uy no, este colega estaba perfeccionando su técnica de sobar en la calle. La que trabajaba era esta señora:

(pongo esta foto porque me mola su sombrero, lo llevan todos los que trabajan en la calle)

Os pongo alguna foto más para que veáis la zona. Es muy curioso que hay unos contrastes increíbles. Puedes tener un edificio de lujo, y justo a 5 metros, unas viviendas que se caen. Eso pasa con mucha frecuencia. Ejemplo:
Y este no era de los peores.

Otra cosa, la gente allí usa mucho el paraguas para el sol (les llamaremos parasoles). Pero algunos son realmente bonitos, y el efecto de ver a una oriental llevando ese tipo de parasol queda precioso (pese al caminar desgarbao de la colega).
Este no lleva parasol, pero lleva el sombrero, y ya os he dicho que me mola, y como escribo yo, pongo las fotos que quiero. Esta foto es en el Zhong Shang Park.
Este dragón está hecho con flores, que igual no se aprecia bien.

Bueno, sigo con el tema de la cena, que me pierdo. El caso es que claro, si vas de invitado a una cena, pues llevas una botella de vino, no? Pues yo la compré en una tienda donde prometía haber buenos vinos… de lujo…

¿Dónde voy a encontrar mejor vino que aquí?

Que no, que compré una buena botella en una tienda de las buenas (en esta tienda es donde compré los regalos para la familia).

Llegamos a la cena. Por suerte, antes pasé por el hotel y me pegué una ducha y me puse gayumbos y calcetines limpios, porque lo primero que me tocó hacer es descalzarme. Olé sus huevos, todos descalzos. Yo por lo menos me dejé los calcetines. En fin… que llega el momento estelar… Pues Simon, el anfitrión, viene y me dice, “ven, que te presento a mi mujer”, ahí voy yo, súper majo, sonrisa estelar… y me dice “esta es Lisa, mi mujer”, y ahí va el imbécil de Raúl, se acerca a la chica a darle dos besos, y la chavala, pone un CARETO DE MIEDO QUE FLIPAS (pude ver el terror en sus ojos!!!) se empieza a inclinar hacia atrás haciéndome la cobra, mirando al marido aterrorizada, y le dijo algo que intuí que era “dónde va este!!!??!?!?!!?, quítamelo, QUÍTAMELO!!!!”…

ENTRADA ESTELAR… marcando terreno… No podía empezar mejor. Claro, ahí me veis, explicando (con una vergüenza que me moría) que en Europa eso es lo normal… pero bueno, por suerte no se ofendieron, pero no veáis qué mal lo pasé. Y yo venga a decirle al novio “chaval, dile a tu mujer que no soy un obseso, es que no sabía que aquí no se hacía eso”.
Bueno, llegamos a la parte “cena”. ¿Quién no se ha puesto a comer a las 19:00 platos de ternera, huevos podridos*, verduras con setas, tofu, algas, espinacas…? Si es lo más normal. Claro, yo a los 5 minutos, reventao que tenía el estómago… Pero como os adelanté en el capítulo 1, no puedes rechazar comida cuando te la ofrecen… y encima, como son asquerosamente atentos, pues claro, que si prueba esto, que si prueba lo otro… joder, que son las 19:00, que no puedo comer tanto! Pero no lo entienden, en serio, no les entra en la cabeza, son como las abuelas de aquí que no descodifican el mensaje cuando les dices “no quiero más”, y como ellos no paran de comer, les molesta que tú no lo hagas… y venga a ponerte comida. Pero ojo, que os recuerdo que en China NO PUEDES beber solo, tienes que pedir a alguien que beba contigo, y haces un brindis. Ellos con cerveza, y yo con mi coca-cola caliente. Porque la nevera estaba a reventar de cerveza, pero ni una triste cola-loca, que la habían dejado en el balcón, así que estaba a temperatura ambiente (a punto de ebullición). ¿Y qué tiene de malo la cola loca? Que los 25 primeros brindis, pues te hacen gracia, y los vas haciendo, pero cuando llevas 319 no te cabe más gas en el estómago, y cada vez que vacías el vaso, te lo llenan. No te mates en decir que no quieres más, ellos te miran, te dicen que sí, sonríen como putas hienas, pero ya te han llenado el vaso otra vez. Y es que si no brindas con ellos, o no sigues sus tradiciones, pues se ofenden, y es como un insulto, porque te dicen que si estás en China, deberías seguir sus tradiciones. Vale, lo intento (comer huevos podridos no es un intento? O es que se creen que me gustaron???) pero es que son MUUUUUUUY pesados con el comer y beber. Y no paran de comer… Y al principio respetan que no bebas alcohol… pero cuando van pedos (a los 10 minutos) se ponen de un pesado… Eso sí, SOLO beben cerveza. Ni vino ni nada más. Consejo: cuando vayáis a una cena, no llevéis vino, llevad cerveza.

Acaba la cena. Bueno, la primera parte. Digo primera parte porque lo que sigue explica por qué empiezan tan pronto. De golpe los hombres se ponen a echar pulsos y a ver quién es más macho y eso. Tened en cuenta que el pedal de esta gente a las 20:00 ya es de escándalo, es decir, algunos duermen ya la mona, otros no pueden apenas hablar… las mujeres no, claro, las mujeres se controlan más. Y entonces empiezan con juegos tipo “piedra papel tijera”, o a jugar con dados, pero que son MUY divertidos de ver, en serio, y son para hacer beber a los demás. A todo eso, mientras van bebiendo, siguen comiendo… picando las sobras… Bueno, así estuvimos hasta las 23:30. Es lo que os dije, está muy bien, porque se fueron todos con una mierda de impresión, pero es que a medianoche, todos durmiendo.

En fin, quedó claro que no soy un violador, y eso me dejó más tranquilo.

Importante: las tías no es que no se depilen las axilas… es que se dejan greñas, las japutas…qué asco.


*Nota: esos huevos son una “delicatessen” aquí, No sé exactamente cómo se preparan, pero viene a ser que se entierran y se dejan “podrir” y luego se cocinan de una forma especial, de modo que la clara queda marronosa y tipo gelatinoso. Invita a comerlo.

Capítulo 4: si vas por el bosque mirando al suelo, te comes la rama.

En esta zona de China no hay mucho que hacer los fines de semana. Aquí lo que suele hacer la gente es ir a unas montañas que hay, las suben, arriba en el templo (peazo templo, ya veréis) rezan, toman té, charlan, y luego de vuelta a casa.

El jefe de la fábrica es un tipo muy majo, que la verdad es que se preocupa mucho por mí, y además siempre me invita a ir a hacer deporte con él. Cada mañana va a jugar a tenis, y me ha dicho que vaya con él un día. Lo haré, lo prometo; el día que tenga huevos a levantarme a las 5:30 para ir a jugar a tenis. Mientras, jugamos a tenis de mesa por las tardes, después de trabajar, que aquí tienen una mesa de lujo, y yo me traje la pala… y ya nos hemos pegado dos sesiones increíbles. Es un hombre de unos 50 (?) años (es muy chungo poner edad a los asiáticos), pero un deportista nato.

El caso es que este hombre me insistía cada fin de semana en ir con ellos a la montaña. Os comento: ellos son de Taiwán, y aquí viven en una residencia en la misma fábrica, que está bien, pero su familia la tienen en Taiwán, de modo que los fines de semana se los pasan trabajando, bebiendo, y los domingos, a la montaña (siempre) porque no tienen más alternativa.
Pues me animé a ir con ellos hoy, claro. A las 6 de la mañana en pie, porque con el calor que hace, mejor salir temprano. Primero hacemos una parada en la otra fábrica a recoger a más gente, y a desayunar. Bueno, yo no, que pasé una noche de pena, con un empacho que no os podéis imaginar, os lo juro… Y no quiero ver una cola loca en mi santa vida. Pero estos no, con una cara de resaca brutal, tomando de desayuno, a las 7 de la mañana: sopa caliente, arroz, tortilla con tomate y espárragos, huevos… Yo tenía que girar la cara para no verlo, os juro que tenía arcadas.

Media hora en furgoneta y llegas a la montaña.

Esta es la puerta de bienvenida. La montaña quedaba a mi espalda.

Empiezas a caminar, a subir la montañita. Todos iban con su paraguas que habían cogido de la empresa (unos parasoles enormes, muy chulos), menos yo, claro, que pasé porque como soy latino, y tengo más huevos que tos vosotros juntos, no me da miedo el sol. Bueno, pues a subir.
Ostias, qué calor. A los dos minutos, TODO yo empapado en sudor. Llevaba unos pantalones súper finos, ya pensando que haría calor… todo sudado. Por suerte todos íbamos igual… menos mal. Y no hacía NADA de sol, era de la humedad.

El camino y las vistas PRECIOSAS, eso sí. Os pongo unas fotos. A que parece que esté en la isla de “lost”? jejeje

Durante un rato Nick y yo nos adelantamos y fuimos solitos un tramo del trayecto, y entonces pude comprobar una cosa: el quilloputa emanaba alcohol. Ni que decir tiene que la noche anterior fue de los que más bebió (en las cenas los jefes deben demostrar su superioridad también en el pimple) y el pobre llevaba una cara de resaca que daba pena verle. Pues yo iba detrás, y además de tragarme los cuescazos que se cascaba el colega, sin pudor alguno, me comía todo el vapor etílico que iba emanando. Vamos, que pongo una botella recogiendo su sudor y tengo “sake” para un mes.

Tras casi dos horas de caminata, llegas al precioso y fastuoso templo. Pocas veces en mi vida me quedaré tan fascinado como esta mañana al ver esta maravilla de la arquitectura religiosa… valía la pena la caminata.
Esto es el templo… pa cagarse

Pues llegados al templo, voy con Nick al interior y dejamos algo de dinero y rezamos (poca coña).
Entonces la mujer que vive ahí, te saca tacitas de té, y a beber té. Que no tienen fe ni nada si se creen que me voy a poner a beber té caliente con 35 grados, una humedad del 150% y todo empapado de sudor. Sí, ya lo sé, en realidad es lo que mejor va, porque te hace regular la temperatura corporal, bla, bla, bla… por eso su comida es un poco picante, igual que la de muchos países súper cálidos, como Mexico, India… si además de porno leo y veo más cosas, pero es que no me entra nada caliente en esas condiciones. Yo me compro una botellita de agua, y me pongo con ellos a comer cacahuetes y pipas (en honor a los dioses, claro).

Después de una hora en la que algunos charlan, otros duermen, etc, volvemos a casa.
Un día interesante.

Por cierto, hoy he vuelto a mis masajes. Fui el lunes pasado y me volvió a tocar “xoxito”, que sigue sin darse cuenta que no entiendo nada de lo que me dice. Debe pensar que soy mudo.
Hoy he cambiado de chica, aunque debe ser su prima, porque me habla en chino igualmente pese que le he dicho mil veces que no le entendía (“xoxito, te digo lo mismo que a tu prima, que no te esfuerces, que no te pillo”). Pero esta ha sido genial… lo de hoy ya me preocupa, porque creo que me mola el sado. La otra (cada una tiene un número, y la primera era xoxito 66, la de hoy xoxito 6) se pasaba media hora masajeando la cara, y la cabeza… cosa que a mí no me mata. La de hoy va más a saco. Llegados a un punto, como veía que me molaba que me hiciera daño, se me ha subido encima. Primero de rodillas, clavándolas en la espalda, y luego pegando pataleta contra mis piernas. Pero el clímax ha sido cuando se ha puesto de pie a caminar encima mío, y a clavarme los pies… pero un placer increíble. Y luego a estirarme fuerte, cogiéndome de los brazos haciéndome la barca… Me he quedado más bien… Le he dicho que el resto del bono (me quedan 7 masajes) lo hago con ella. Fabulosa.

Cariños míos, os dejo, que esta vez me lo he currado, no os podréis quejar. A los que os falte algún capítulo me lo decís, que me pierdo ya.

Os quiero.

Capítulo 2: por primera vez, veo el sol (que no sé si es peor)

Buenas a tod@s,

Ante la avalancha de e-mails (5 en total) agradeciendo el primer capítulo de mis memolias, y por vuestras súplicas desesperadas y ansiosas por recibir una nueva entrega, como soy una maravillosa persona, aquí va.

Capítulo 2: por primera vez, veo el sol (que no sé si es peor)

“Es curioso el mundo Chino”… esta es la reflexión que más veces me he hecho a mí mismo.

En fin, vayamos por partes. Hoy se ha ido Alberto, el chico de Vitoria, así que me he quedado huérfano. Pirula.
Pirula porque es un tío muy majo, y porque ahora ya me quedo sin nadie con quien hablar en una lengua en la que nos entendamos los dos. Pero ojo, que no es como en otros sitios, donde por lo menos, con inglés te defiendes… no, aquí solo un 0,0001% de la población habla inglés (y creo que están todos en la otra parte de China, porque lo que es aquí…).
Ejemplo: ayer fui a hacerme un masaje. Supongo que es como ir de putas, pero no te despelotas. Vamos, yo no he ido de putas (EN SERIO mami) pero creo que debe ser un estilo. Llegas a un mega local (el más chulo que he visto hasta el momento en este pueblo, quitando el Kentucky Fried Chicken) y te pasan directamente a una sala con butacas y una camilla, y te ponen en aire acondicionado, la tele a toda hostia, y te traen una sopita (luego hablamos de las sopitas) y un poco de fruta. Al cabo de un rato, entra una chica, y COMO TE VE CARA DE CHINO, te empieza a hablar en chino… y tú “que no te esfuerces, xoxito, que no te pillo ná”. Entonces te indica que te descalces, te tumbas en la camilla, y… a disfrutar. Un masaje de UNA HORA, por 4 euros… te masajea todo, cara, cabeza, cuello, brazos, manos, piernas, espalda, CULO… (lo del culo te pone burro, burro…). Por suerte la chica que me lo hizo al final resultó que hablaba un poquito de inglés. Qué humor… cuando dicen “a little”, es que SOLO SABEN DECIR ESO “A LITTLE”. Porque luego les preguntas cosas súper sencillas, y no saben qué decir y te vuelven a responder en Chino (“xoxito, en serio, que no me entero, déjalo”). Esta sabía 3 frases en inglés, y punto. El caso es que me habían dicho que en ese sitio hay bono de 10 masajes, y es entonces cuando te salen a 4 euros, sin el bono cuestan 5. Para que me entendieran que quería esa tarjeta necesité 6 personas!!! Un caos… Al final me hice entender, y me fui con mi tarjetita, feliz.
Feliz y relajao, que no veas cómo salí, medio dormido, por lo bien que me habían dejado y porque eran las 22:00. Mañana vuelvo, jejeje.

La gente sigue sorprendiéndose al verme. Ayer, al salir del masaje, entré en una tienda a comprar algo de comer, y en la planta de arriba había unos nenes pequeñitos (unos 5 años) y bajaban a verme. Se asomaban por la escalera, se me quedaban mirando, les sonreía, y subían riéndose. Pero no son solo los niños… voy por la calle, y la gente, sin pudor alguno, se dan hasta codazos rollo “eh, no te pierdas a ese”, en serio. Y lo más normal es que se te queden mirando y se giren mientras caminan. Total, no sé qué tiene de especial un tío caminando por la calle en pelotas, con botas de agua y una gorra con una hélice rollo Doraemon.

Comida… no quiero más arroz. Ni en sopa, ni hervido, ni de ninguna forma. Cada día desayunan arroz con algo (no sé qué es ese “algo”, porque me dijeron directamente que no fuera a los desayunos del hotel, y he seguido el consejo). A la hora de comer, CADA día es un cuenco de arroz, que te pones tú, y en medio de la mesa, una mesita giratoria redonda donde se ponen los condimentos (carne con verduras, pescado, más verdura, cosas raras, más cosas raras, cosas que mejor no preguntes qué son…). Suena chulo, ¿no? Las narices. Cada día lo mismo. Además, el arroz es insípido de narices, más malo… Y por las noches quieren que me vaya a cenar con ellos, otra vez, al comedor de la empresa, PERO NO PUEDO CENAR ARROZ TAMBIÉN, COÑO! QUE YA CAGO BLANCO! Ahora ando loco buscando un sitio donde tengan pan, aunque sea de molde, y comprar algo para meter en medio, y comer lo más parecido a un bocadillo. Bocadillo… bocadillo… bocadillo… un bocata…

Pero para más cachondeo, toman sopa… pero no sopita fresquita, rollo gazpacho… no! Sopa caliente, ARDIENDO!!! Les pirra la sopa, todo el rato sopa… están enfermos! Si hay como 45 grados en la calle! Y quieren que la pruebe… jajaja, van apañaos. Sopa…

Y no tengo mucho más que contar. Porque lo único que hago esta semana es trabajar. Me quedo aquí hasta las 21:00, porque como por la tarde se conecta la gente de mi empresa en BCN, me entra trabajo, y total, para irme al hotel y no hacer nada… (bueno, me la pelo y eso, pero después de 7, como que se te cansa el brazo y empiezo a ver borroso).

Este finde, si no llueve (hoy es el primer día que no llueve desde que llegué), me iré con unos compañeros a una montaña que es donde suelen ir cada fin de semana la gente de por aquí. Vamos, que debe ser como un Montserrat, todo a petar de Chinos, porque parece ser que eso, y una islita que hay por aquí, es de lo poco chulo que hay. A ver qué tal, pero con lo linces que son para copiar, seguro que tienen la “Moleneta” en un templo.

Bueno, entonces voy con las respuestas a vuestras preguntas. Sobre cómo me las apaño para que no me hagan beber: pues la verdad es que de momento no he salido mucho de fiesta, pero lo cierto es que si les dices tope serio que no quieres beber, de momento, lo respetan. Espero que siga así, porque aún no se me han puesto pesados.

Al capullo que me preguntaba si no me habían pillado los tifones y me había muerto: pues no, de momento no, pero prometo morir algún día (pondré empeño en retrasarlo).

Ah! Y lo de las instalaciones de los JJ.OO., queda muy lejos. Eso es solo en Pekín, y aquí no llega nada, y está a tomal pol saco de este pueblo. Paso de ir.

Bueno, sé que hoy no he estado muy inspirado, pero es que estoy reventado de cansancio (aún me cuesta MUCHO dormir, putos claxons) y como me he quedado solo, estoy un poco tristón. Se me pasa mañana, seguro.

Ooooooooooooos quiero, pueblo.

Laul

Fotos Viaje #2: boda Simon Enero 08

Capítulo inédito: vivir aquí, es vivir dos veces (párrafos eliminados del capítulo 7)

Pasamos una noche MUY bonita, con buena compañía, interesante charla que se fue alargando, GRAN COMIDA, y muy buena música (sabéis lo raro que se siente uno al estar comiendo unas bravas escuchando a un Filipino tocar guitarra en mano "La Flaca", en China???). Pero lo mejor, es que son momentos deliciosos que se recuerdan para siempre. Son como aromas que hueles una vez, y que el resto de tu vida podrás volver a sentir simplemente cerrando los ojos, y dejando que esa fragancia surja de tu interior… y al final, consigues olerla.
Todo lo que haces aquí queda grabado en la mente, se convierte en una experiencia inolvidable. ¿Cuántas cenas puedes recordar con absoluto detalle? Las de aquí, las recuerdas. Recuerdas con quién ibas, dónde fuiste, incluso qué comiste o de qué hablaste... porque se convierte en un momento. No es una cena más, es “aquella cena”. Aquí es un evento que se tatúa en tu memoria, y ahí perdurará para que lo rescates cuando quieras, porque seguirá intacto.
En aquel sitio, era como estar fuera de China por unas horas, en un lugar familiar, donde ya habías estado antes, donde esperas encontrarte con un amigo en cualquier momento. Un alto muro flanqueado de árboles de grandes ramas separa un precioso patio del bullicio de la calle. Simplemente al cruzar el umbral de una pequeña puerta que ya entiendes que te has convertido en Alicia, y que al cruzar, te espera un país lleno de maravillas. Al asomarte al patio, notas que dejas a tus espaldas el calor, el alboroto, las bocinas de los coches, las voces, los olores… dejas China a tus espaldas y te da la bienvenida el frescor de la noche, una calma que te hace sonreír, gente paseando por el patio sin prisas, sin necesidad de ir a ningún sitio, porque es a ningún sitio donde van. Entras en una sensación, que te abraza y te susurra que te relajes, que ahora, solo puedes disfrutar, porque estás donde querías estar, donde ya habías estado, y por eso has llegado de nuevo aquí. Una tenue luz guían a tus pies, a los que tú sigues con absoluta fidelidad, y que se adentran en ese pedazo de mundo, arrancado de alguna parte, y colocado ahí, en un sitio que no le corresponde, para que gente que está en un lugar que no les corresponde, encuentren su sitio. Es un regalo que te conceden por unas horas, para que olvides que estás a miles de kilómetros de casa, y pienses que al acabar la cena, podrás regresar a ella. Rodeado de fotos de Cuba o España, de personajes cercanos, comiendo platos que te recuerdan a algo, o a alguien -cómo no iba a hablar de la tortilla de patatas de mi madre al verla en la carta... Escuchando canciones que todos tarareábamos en la mesa... Eso no me puedo permitir el lujo de dejarlo escapar, de que se borre de mi memoria, esa noche... tengo que hacer un esfuerzo para retener esa noche, por grabarla, para poder volver a rememorar cualquier día. Y lo haré.
Casi podría recordar algo de cada uno de los días que he pasado aquí. Recuerdo perfectamente, con todo detalle, las veces que me he cortado el pelo, los masajes, las cenas tardías a en el japonés, las veces que he ido a comer noddles con mis amigos chinos, las partidas de badminton... Lo recuerdas todo, simplemente, porque todo, aquí, es especial, y creo que yo mismo me obligo a no dejar escapar nada de lo que estoy viviendo, porque es algo que probablemente no volveré a vivir nunca más, y no puedo permitirme el lujo -o la necedad- de dejarlo escapar de mis manos y perderlo para siempre.
En ocasiones he pensado que vivir aquí, es vivir dos veces, porque recuerdas cada día, con precisos y preciosos detalles... y eso te hace sentir lleno de vida, de experiencias, de momentos... momentos que no quiero olvidar, y que algún día los llamaré para rescatarlos y revivirlos... y quizás, vivirlos dos, tres veces...
A veces he sentido que me han regalado una nueva vida, porque poco de lo que hay, de lo que vivo aquí, tiene relación con lo que he experimentado hasta ahora. Es todo tan distinto, todo tan nuevo, que no puedo dejar de pensar que me han dado la oportunidad de vivir una vida diferente. Es como un regalo, de verdad. Aquí todo está por descubrir, gentes, lugares, comida, cultura, hábitos... Si no habéis estado aquí, no sé si me entenderéis, pero imaginad que por un momento, os lo cambian TODO. Las calles son distintas, los olores, la gente, la cultura, la forma de vivir, las conversaciones, su forma de pensar, la inocencia de sus miradas, de sus sonrisas... Aquí tienes que aprender todo, partir de cero. Una nueva vida. No puedes trasladar tu otro “yo” hasta aquí, no debes seguir siendo la misma persona, no puedes pretender que te comprendan... solo puedes adaptarte, aprender de ellos, aceptar cómo es este país, esta gente, este "su" mundo, y disfrutarlo.
Y de veras que se disfruta. Se disfruta al ver que redescubres los detalles que durante años han pasado delante tuyo sin apenas haberlos apreciado. Aquí recuerdas todo lo que hiciste, lo que comiste, dónde y con quién, recuerdas a ese hombre que detuvo su coche para mirarte, el niño que se acercó, el helado que tomaste, el viaje en autobús...
De todas las veces que había cogido el bus, no creo recordar nada extraordinario digno de comentar. Ayer cogí mi primer bus aquí, en Xinglin, con unos amigos, para ir a un sitio a cenar tras haber jugado a badminton. Recordaré siempre con quién iba, dónde lo cogí, dónde me bajé, las caras de algunas personas en el bus que me saludaban, las fotos que nos hicimos, y la cena... Todo eso lo podré recordar tantas veces como quiera. Y lo volveré a vivir.

Vivir aquí, es vivir dos veces.