julio 28, 2008

Capítulo 8: Dios aprieta, y en ocasiones, ahoga un poquitín

Hey, qué pasa?

Qué? me echabais de menos? La verdad es que estos días he estado un poco gandul, y me he ido haciendo el remolón. No re-molón, de “molo mucho”, si no que me ha costado una pasada ponerme a escribiros unas palabras. Lo que pasa es que al final la conciencia no me dejaba dormir (bueno, la conciencia mezclada con el alcohol, las drogas, las putas…) y mira, me sentía tan culpable que me he obligado a ponerme a escribiros.

Dicho de otra forma: que como hay un tifón y no está la calle como para ir a pasear, y no entiendo la tele china (se me escapan 3 o 4 palabras, y entonces ya no sigo la trama de “Pokemon”) pues no me quedaba más remedio que ponerme con el blog. “Ande” me tengo que ver.

Capítulo 8: Dios aprieta, y en ocasiones, ahoga un poquitín.

A lo que vamos. Pues resulta que el pasado lunes, por lo que me explicaron, acorde al calendario chino de dragones voladores y farolillos rojos, entrábamos en la semana fantástica. Es decir, a partir del lunes pasado tenían lugar los 10 días más calurosos del año. Como si el resto de los días hiciera fresquito. Como sabéis, mi cerebro está perfectamente entrenado para rebotar toda información inútil que pueda colapsar mi disco duro encefálico, y permitir únicamente la información que puede resultar útil y/o vital para mi supervivencia. Es decir, ante información donde haya demasiadas palabras polisilábicas, o demasiado contenido culto, que pueda dañar seriamente mi coeficiente intelectual y hacerle sobrepasar el “border line” (cosa que pondría en funcionamiento de forma automática mi cerebro más de 4 horas al día, y podría tener en mi gran persona consecuencias catastróficas, puesto que no estoy cerebralmente capacitado para tan titánico esfuerzo) mi cerebro está perfectamente entrenado para levantar una barrera impermeable que impide que dicha información penetre hasta mi cerebro y pueda dañarme. En cambio, al detectar ciertas palabras clave que puedan proporcionarme información útil, tales como “tetas”, “chavalitas”, “fútbol”, “playa” o “gratis”, dicha barrera se autodesbloquea para permitir que tales mensajes puedan filtrarse y, tras unos 45 minutos procesando todas las palabras, uniéndolas y creando un código comprensible para mi mente privilegiada, absorbo toda esa información sin ningún problema. En ocasiones incluso he sido capaz de retenerla durante más de 3 minutos sin olvidarla. O eso me han dicho. Pues en esta ocasión alguna grieta de mierda se debió abrir en mi barrera protectora impenetrable, porque creo que se me coló esa información y cayó en ese sitio que la gente llama… espera, que lo apunté por aquí… ah si! Subconsciente. El caso es que no, no sé si porque me lo dijeron y ya estaba yo con eso en la cabeza (intentando escupirlo de mi cerebro, lógicamente), o porque realmente era así, pero “endevé la sole” pedazo calor que hizo.

Ah! Pero no se crean ustedes que se combatió a base de aire acondicionado a toda castaña. No amiguetes míos. La diosa Fortuna estaba de vacaciones o se quiso partir la caja con nosotros, pero el caso es que el lunes… se escojonció el aire acondicionado! Toma ya! Y sabéis lo típico que te dicen aquí cuando te pasa eso, no? “ uy… esto es que falla una pieza, esto nos ha pasado ya muchas veces, y hay que traerla de Alemania. Esto… unos 20 días por lo menos”. Vamos a ver, cachondo… si te ha pasado en varias ocasiones, ¿por qué no compras 120 piezas de esas para recambios, y así no me haces esperar, caracartón!? Bueno, aquí no te la traen de Alemania, pero también te dicen que tienen que traer una pieza de no sé dónde (una parte rara de China) y tardan unos 3 o 4 días. Hombre, no me jodas… que hace un calor que se me evapora el sudor!

Bueno, pues 3 días sin aire. Era la muerte. De verdad… porque (ahora hablo en serio) a mí me baja mucho la tensión cuando hace mucho calor y hay mucha humedad. Así pues, pasé unos días completamente mareado, atontado, sin apenas poder trabajar… muy duro, os lo aseguro. Un calor y una humedad absolutamente insoportables. Lo pasé realmente mal (bueno, yo y todos, pero ellos lo contarán en su blog, y yo lo cuento en el mío).

Ahí me di cuenta que Dios aprieta, y en ocasiones ahoga un poquitín.

Llegado el Miércoles por la tarde, y justo cuando mi visión comenzaba a enfocar borroso de forma continua, apenas podía mover los brazos debido a mi falta de energía, los labios se me agrietaban del calor, y deliraba de forma preocupante diciendo estupideces sin sentido, las divinidades se apiadaron de nosotros, y se arregló el aire. Qué bendición. A partir de ese momento, los síntomas anteriormente descritos y que no eran normales en mí, desaparecieron. Es decir: pude enfocar bien.

Y a partir de ahí, festival de sorpresas. Bueno, sorpresas… cosas que me resultaron graciosas. Como que mi tía Elvira añada comentarios en mi blog (animo a todos a que lo hagan, si lo guapo de esto es leer todo lo que pensáis, leer vuestros comentarios, que yo lo agradezco mucho). Ay, qué alegría, un comentario de mi querida Elvira.

Más cosas… un día, cenando con una gente de la “otra fábrica” estábamos hablando de ir a jugar un día a ping pong, y finalmente fui el jueves pasado. En la azotea de uno de los dormitorios de la fábrica (dormitorio para los empleados) tienen una sala con Karaoke (qué berridos, por dios… y encima se aplauden y se animan rollo “muy bien, blavo, blavo”… joder, si parecía la matanza de un cerdo!) y tienen 2 mesas de billar y 3 de ping pong. Qué bien me lo pasé. Tres horas jugando sin parar, de verdad. Y como soy “el raro”, pues todos querían jugar conmigo. Pregunta: ¿me pasaría lo mismo si me fuera a una orgía? Ostras, se me acaba de ocurrir. A ver… www.orgiasenchina.com... Mierda, me lo ha detectado la poli y vienen de camino… ahora vuelvo.


Nada, no ha sido nada grave. Un par de gritos, que no lo haga más, y punto. Pero me he acojonao…
Pues eso, que me lo pasé genial jugando a ping pong.

Mañana, si el tifón lo permite, iré a jugar a badminton, y el miércoles hay tennis con un chico de una casa de cascos (él está destinado aquí por su empresa, vive en Xiamen) Alberto y yo. Y supongo que vendrá algún chino, porque deberíamos ser 4. A ver… tengo ganas de jugar a tenis, muchas ganas.

Y lo del tifón, que no se ponga nerviosa la muchedumbre. A ver, no es peligroso, porque como os conté en capítulos anteriores, los tifones aquí ya llegan muy suaves, porque los para Taiwan. Eso sí, Taiwan se los come de lleno, pobres. Aquí, en Xiamen, nos llegan los restos (yo siempre me como los restos) y simplemente son vientos más o menos fuertes, y mucha lluvia. Pero no es nada peligroso. Tranquilos todos.

Este fin de semana me he quedado a dormir el sábado y el domingo en Xiamen. La verdad es que creo que en adelante, por lo menos la noche del sábado, la paso en Xiamen seguro. Donde estoy, Xinglin, es un pueblo de caca, y no hay nada que hacer. Al final me paso el día yendo y viniendo de Xiamen. Por suerte el taxi es barato, porque como mucho te gastas 5 euros en el trayecto (unos 20 / 25 minutos en coche) pero es más el coñazo… o si vas a la playa, poder pegarte una ducha, cambiarte de ropa y poder salir a cenar o tomar algo por Xiamen, que cada vez me gusta más. Lo bueno de ir con Alberto (os recuerdo, Al) es que me enseña muchos sitios, y vamos de restaurantes guays y a tomar copichuelas a sitios muy muy chulos (con chavalitas muy, muy chulas). La verdad es que hay zonas muy guapas aquí, y en muchos –la mayoría- de sitios de copas, hay música en vivo, con grupos que tocan de lujo, música europea, así que puedes ponerte a cantar… Este fin de semana me lo pasé muy bien. Y con Al, lo cierto es que me lo paso de coña. Ya tenía yo ganas de estar un tiempo con él. Es eso que cada uno hace su vida, pero luego nos vemos por la tarde, sin compromiso, tomamos algo, damos una vuelta, acabamos en el bar de siempre, pero lo pasamos muy bien. Y tiene unos cuantos amigos que son unas risas. Jo, tengo mucha más vida aquí que en España! Entre semana con mis amiguetes y el badminton, el ping pong, las cenitas de noddles por Xinglin… el fin de semana playita o piscina, y cenitas chulis, paseítos guapos en Xiamen… y aún os preguntáis por qué me gusta tanto venir aquí.

Por cierto, estos chinos están perdiendo facultades: ya no son tan maestros de copiar. ¿No voy el otro día y me encuentro unos calcetines de deporte, mega piratas, marca “Adidas”… con la foto de Ronaldinho?!?!?!?!?! Vamos hombre… Cúrratelo un poco, hijo mío.

Y por hoy ya está todo dicho. Bueno, todo lo que se puede contar. Hay otros capítulos paralelos que igual no salen a la luz pública, pero que se pueden enviar bajo petición personal, ji ji ji.

Ah! Y mañana me voy a renovar el visado. No os engañaré: con todo lo que he llegado a oir de gente que han echado, que no le han dado el visado, etc, estoy un pelín nerviosete. Como me toque volverme… Ahora no, hombre.

Oye, supongo que muchos de vosotros estáis a punto de coger las vacaciones. No me abandonéis, hijos míos. Yo en agosto trabajo y este blog seguirá muy vivo estos días.

Un besito, guapísimos míos.

Yo